La primavera está siendo fría y lluviosa en nuestra tierra, tenemos que echar la vista muy atrás para recordar esta estación con temperaturas tan bajas, sobre todo las máximas. La lluvia es siempre bienvenida en la árida Castilla, pero, como todo, el exceso tampoco es bueno y solo en el mes de mayo han caído unos 100 litros de agua, prácticamente un tercio de lo esperado para todo el año.
A todo esto, hay que añadir los clásicos desafíos climáticos a los que nos enfrentamos cosecha tras cosecha: las heladas tardías y el granizo.
En Bodegas Menade hacemos los deberes y eso quiere decir que tratamos de adelantarnos y prever los posibles problemas que, en esta ocasión, no son pocos. La humedad es el caldo de cultivo perfecto para los hongos, por eso cuidamos a la viña con métodos naturales para evitar enfermedades. Esto conlleva mucho más trabajo, la labor en la viña se intensifica en años como éste.
El adecuado manejo de las cubiertas vegetales es fundamental. Trabajamos con cubiertas naturales y sembradas, dejando libre una calle alterna. Apostamos por guisante de forraje y cebada.
- El guisante forrajero mejora la estructura del suelo, protege de la erosión, y contribuye a aumentar la diversidad biológica y fija el nitrógeno.
- La cebada ayuda a controlar los rendimientos de la vid, aunque es bastante vigorosa.
Asimismo, llevamos a cabo la poda en verde, una labor totalmente manual y de suma importancia que nos permite sacrificar parte de los racimos para ajustar la producción al nivel deseado, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan. Gracias a ello obtenemos mostos y vinos con todo su potencial y en perfecto equilibrio, sin recurrir a correcciones posteriores.
Esta práctica, además, “relaja” la planta, mejorando la exposición y ventilación de su follaje y racimos, lo que favorece la sanidad natural y dificulta el desarrollo de plagas. Así de simple, así de natural.
La toma rápida de decisiones es clave, ahora estamos segando todas las cubiertas porque están empezando a canibalizar los nutrientes de la vid. Solo el tiempo nos dirá si la decisión ha sido acertada, aunque la experiencia siempre es un grado.
La parte positiva de esta primavera es que el campo está precioso, hay una gran biodiversidad en la viña, algo que en Menade nos encanta y ayuda a mantener el equilibrio de las plantas.