La campaña de recogida de la uva en Bodegas Menade terminó el 24 de septiembre con la vendimia manual de la verdeja de los majuelos viejos, plantados en vaso.
La producción ha sido notablemente más corta que en añadas anteriores debido a la climatología: una primavera muy lluviosa provocó corrimientos durante la floración, a lo que han sumado las heladas tardías, el granizo localizado en algunas zonas y un verano moderado.
Estas circunstancias también han provocado que la cosecha se haya alargado más de un mes. Además de vendimiar las parcelas por separado, ha sido preciso afinar mucho dentro de cada una, debido a una cierta desigualdad en la maduración. Tal y como explican los hermanos Sanz: “ha influido mucho en la maduración el tipo de suelo y los rendimientos por hectárea”.
Ha sido un año complicado para la viticultura, pero perfecto en cuanto el perfil que buscamos para nuestros vinos. Las temperaturas estivales frescas (salvo un par de horas de calor en agosto) y un verano seco han favorecido que los mostos sean muy aromáticos, con mucho cuerpo, grado alcohólico contenido y un equilibrio fantástico entre acidez y PH.
La lluvia solo apareció de forma simbólica durante la última semana de vendimia, por lo que consideramos que acertamos de pleno en la fecha de inicio. La familia decidió empezar a recolectar la uva de algunas pequeñas parcelas y esto hizo ganar tiempo al tiempo, pues se preveía un inicio de otoño pasado por agua.
Una añada fresca
“Es uno de los mejores años para nuestros vinos, los mostos están muy ricos, muy aromáticos, complejos y densos. Será una gran añada para trabajar las crianzas sobre lías y/o barrica”, argumentan los hermanos Sanz.
Para los amantes de nuestro tinto natural, éste año deberán ser de nuevo hábiles para conseguir sus botellas. El hielo y el pedrisco hicieron de las suyas en Toro y, por eso, la producción será escasa.
En la viña, el trabajo aún no ha finalizado. Antes de que llegue el frío el equipo de campo ya está preparando el nuevo ciclo vegetativo: están limpiando las cepas con ozono y trabajando el suelo para mejorar su estructura.
Como cada año después de vendimia, también se están haciendo análisis de suelos para detectar qué necesidades tienen los mismos y preparar las cubiertas vegetales más apropiadas. En Menade, devolvemos el equilibrio al suelo de manera completamente natural, a base de los nutrientes que aportan ciertos cultivos.