Desde hace unos meses, Marco y el equipo de campo están llevando a cabo una serie de ensayos para tratar las cepas con ozono de cara a la brotación. El ozono no es otra cosa que agua (H2O) pero con una molécula más de oxígeno; se trata de un efectivo desinfectante totalmente natural y cero invasivo.
Los tratamientos con ozono se realizan en la actualidad vía foliar durante todo el año cada 15 o 20 días, limpiando todo tipo de hongos (oídio, mildiu…) y bacterias. El año pasado ya se comenzó a tratar de forma experimental, pero en el presente ciclo vegetativo se ha ampliado el área de acción a más parcelas ya que el resultado fue satisfactorio, “las cepas parecen más vivas, más alegres y, lo más importante, el suelo tiene capacidad para asimilar mejor los nutrientes”, explica Marco. Por el momento, el ozono no es un sustitutivo de las infusiones naturales de plantas aromáticas, con lo que se viene trabajando desde siempre.
Una de las enfermedades que más preocupan a los viticultores es la yesca, una mal endémico en toda España. El ozono podría ser un método preventivo, aunque no curativo, al menos en un estado avanzado de la enfermedad. La técnica empleada es abrir el tronco de la cepa para que se oxigene y entonces tratar con ozono.
Es vital saber el estado del suelo para poder adelantarse a los acontecimientos que puedan ocurrir durante la primavera, por ello también se está llevando a cabo a un estudio metagenómico del suelo (como estudiar su ADN) para saber qué poblaciones de hongos y bacterias existen y en qué cantidad. El conocimiento es la mejor herramienta para prevenir problemas posteriores.