Uno de los mayores hándicaps que presenta la climatología de nuestra zona es que tenemos un gran riesgo de sufrir heladas hasta la entrada del verano y de granizo.
Durante el inicio de la primavera, se registraron temperaturas bajo cero, pero la vid apenas había brotado, a pesar de un adelanto de unos 8 o 10 días con respecto al año pasado. Solo las nuevas plantaciones han sufrido algo de daño, aunque no ha sido significativo. El peligro llega, sobre todo, a partir de ahora, por lo que en el equipo de campo está constantemente mirando las previsiones para actuar con anticipación.
La parte positiva es que en este 2021 está lloviendo cuando tiene que llover: en invierno y en primavera. Desde que empezó la estación han caído unos 70 mm de agua, resultando un total de 250 mm desde el principio del ciclo, una cantidad que entra dentro de lo normal.
Con la mirada puesta en el cielo, Marco y su equipo están en la actualidad segando las cubiertas vegetales, tanto las permanentes de reygrass, como las temporales de leguminosas, que sirven para abonar el suelo.
También se están eliminando los chupones del tronco de las cepas (brotes indeseados), se están arreglando las espalderas y pasando el intercepas para labrar el suelo.
La aplicación de ozono sigue siendo la técnica más extendida para luchar contra posibles enfermedades fúngicas. La eficacia de este tratamiento cero invasivo se está viendo favorecido por la gran amplitud térmica de nuestro clima, que también ayuda a mantener a raya a los hongos y bacterias no deseadas.