La vendimia terminó en Bodegas Menade el día 24 de septiembre con la recogida de la uva Verdeja de cepas centenarias, un año perfecto a nivel técnico y en el que las uvas han presentado un estado sanitario excepcional.
Sin embargo, debido a la escasa pluviometría durante todo el ciclo vegetativo, se ha registrado entre un 30 y un 40% menos de producción con respeto a la campaña anterior.
Richard Sanz, enólogo, comenta que “hemos decidido empezar antes a vendimiar para conseguir esta parte verde y fresca, el ‘punch’ de la variedad Verdeja”. Menade es habitualmente una de las bodegas que primero inicia la recogida de la uva, con el fin de buscar vinos alegres, sabrosos, muy varietales y con una acidez equilibrada.
Los efectos del cambio climático son evidentes y, por ello, los hermanos Sanz decidieron empezar incluso antes de lo habitual. “La acidez total se ha desplomado por los suelos debido al calor y a la sequía, esa es una de las razones por las que hemos vendimiado antes”, explica Richard.
La maduración de la uva no ha sido 100% homogénea, causada, precisamente, por una climatología desigual. El enólogo añade que “ha habido días anormales, de repente la planta se bloqueaba y después el grado alcohólico se disparaba por el calor”. Por ello, es fundamental hacer un buen manejo de la vegetación y adelantarse a los posibles problemas.
La lluvia apareció en la zona a mediados de septiembre, pero no afectó en absoluto a la uva de Menade, porque prácticamente la vendimia ya había acabado.
En Bodegas Menade apostamos por fermentaciones espontáneas, es decir, aquellas que se llevan a cabo con las levaduras autóctonas que están presentes en el campo cada añada. Hasta el momento, “están siendo impecables”.
Debido a su proceso de elaboración, el primer vino que saldrá al mercado será Dulce Menade, pues la fermentación se para bajando la temperatura de la camisa que reviste el depósito de acero inoxidable. En el caso de esta variedad, hemos manejado rendimientos muy bajos, en torno a los 3.000 KG/Ha.
“La impresión es que los mostos parecen ser, sorprendentemente, muy aromáticos, con fruta fresca. La sensación, aunque aún es pronto, es que son muy corpulentos y voluminosos, grasientos, vinosos, contundentes… Nuestro grado alcohólico va a ser ‘normal’ (12 – 12.5), con PH y acidez equilibrados hasta el momento”, concluye Richard.
Clandestino Tinto y variedades experimentales
En Toro, de donde procede la uva Tempranillo para elaborar Clandestino Tinto, el estado de sanitario de la uva también es bueno, aunque la maduración fenólica no ha sido la óptima. De ahí, la importancia de decidir cuál es el mejor momento para recoger la uva.
En cuanto a las variedades blancas experimentales, el alcohólico es correcto y la acidez alta. La crianza de dichos vinos se llevará a cabo en foudres de roble francés.